El
algodón
El
algodón es una fibra vegetal natural de gran importancia
económica como materia prima para la fabricación
de tejidos y prendas de vestir.
La
generalización de su uso se debe sobre todo a la facilidad
con que la fibra se puede trenzar en hilos. La resistencia, la
absorbencia y la facilidad con que se lava y se tiñe también
contribuyen a que el algodón se preste a la elaboración
de géneros textiles muy variados.
Especies
algodoneras
Producen el algodón una serie de árboles y arbustos
pequeños de un género encuadrado en la familia de
las Malváceas, a la que pertenecen también las plantas
Hibiscus. El capullo se transforma al desarrollarse en una bola
oval que, cuando madura, se abre y descubre gran número
de semillas de color café o negras cubiertas de una masa
de pelos blancos. Cuando maduran por completo y se secan, cada
uno de estos pelos es una célula, aplanada, con un acusado
retorcimiento en espiral y unida a una semilla. La longitud de
las fibras individuales oscila entre 1,3 y 6 cm. De las semillas
nacen además otras fibras más cortas.
Historia
del algodón
Los expertos en arqueología se han encontrado con enormes
dificultades para dilucidar el origen del algodón, tanto
de la planta como de la fibra. Los primeros estudios sobre el
origen del algodonero fueron realizados por el científico
ruso Nicolai I. Vavilov, quien a principios de siglo estableció
la teoría de los centros de origen de las plantas cultivadas.
La
fibra textil es efímera, pues con el paso del tiempo se
deshace y sus restos se convierten en polvo. La ciencia actual
cuenta, sin embargo, con medios para desentrañar el pasado,
con procedimientos que conllevan análisis microscópicos
o moleculares, cada vez más refinados; sin embargo, la
historia de esta fibra vegetal, probablemente la más importante
en la historia de la humanidad, está todavía por
desentrañar.
Los
primeros vestigios arqueológicos del algodón conocidos
en la actualidad se remontan a 5.000 años atrás.
En unas excavaciones realizadas por Gulati y Turner en Mohenjo-daro,
situado en el Valle del río Indo, en el Oeste del actual
Paquistán, se encontraron restos de culturas datadas con
mucha aproximación en el año 3000 a.C. Estos arqueólogos
examinaron restos muy descompuestos de lo que debió ser
una rudimentaria fibra textil, cuyo uso debió ser utilizada
como cuerda o para tejer algún tipo de vestimenta.
En
el lado opuesto del mundo, es decir en América y en tiempos
igualmente lejanos, los peruanos desarrollaron así mismo
tejidos de un algodón similar, pero que provenía
de plantas completamente distintas. Los arqueólogos Bird
y Mahler realizaron excavaciones al pie de los Andes peruanos
y encontraron restos de fibras textiles datadas en 2500 años
a C.
Mc
Gregor, otro científico americano, encontró restos
textiles en excavaciones llevadas a cabo en Arizona y que dieron
a la luz antiguos poblados indígenas en estado completamente
ruinoso.
Los
arqueólogos Griffith y Crowfoot encontraron así
mismo restos textiles procedentes de la cultura Meroica que floreció
en la región del alto Nilo, en lo que actualmente es Sudán.
La mencionada civilización Meroica se ha datado en un período
de mil años aproximadamente, que abarca desde el 500 a.
C. al 500 después de la era Cristiana (d.C.).
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