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Automóvil,
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de inyección
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Glosario
Automóvil,
cualquier vehículo mecánico autopropulsado
diseñado para su uso en carreteras. El término se
utiliza en un sentido más restringido para referirse a
un vehículo de ese tipo con cuatro ruedas y pensado para
transportar menos de ocho personas. Los vehículos para
un mayor número de pasajeros se denominan autobuses o autocares,
y los dedicados al transporte de mercancías se conocen
como camiones. El término vehículo automotor engloba
todos los anteriores, así como ciertos vehículos
especializados de uso industrial y militar.
Las
partes de un automovil
los
automoviles modernos están compuestos por miles de partes,
las cuales estan dispuestas de tal manera que cumplen la función
especifica de desplazamiento del vehiculo, sin embargo un auto
no solamente esta diseñado para esto, por eso esta dividido
en muchos sistemas, entre ellos encontramos: el sistema de escape,
el sistema de apoyo, el motor, el sistema de dirección,
el sistema de potencia, el sistema eléctrico, el sistema
de refrigeración, el sistema de combustible, el sistema
de frenos entre otros.
Aquí
mostramos un gráfico con los sistemas y las partes que
lo componen, es un gráfico bastante básico, pero
intenta mostrar las partes principales del automovil.

Motor
El
motor proporciona energía mecánica para mover el
automóvil. La mayoría de los automóviles
utiliza motores de explosión de pistones, aunque a principios
de la década de 1970 fueron muy frecuentes los motores
rotativos o rotatorios. Los motores de explosión de pistones
pueden ser de gasolina o diesel.
Motor
de gasolina
Los motores de gasolina pueden ser de dos o cuatro
tiempos. Los primeros se utilizan sobre todo en motocicletas ligeras,
y apenas se han usado en automóviles. En el motor de cuatro
tiempos, en cada ciclo se producen cuatro movimientos de pistón
(tiempos), llamados de admisión, de compresión,
de explosión o fuerza y de escape o expulsión. En
el tiempo de admisión, el pistón absorbe la mezcla
de gasolina y aire que entra por la válvula de admisión.
En la compresión, las válvulas están cerradas
y el pistón se mueve hacia arriba comprimiendo la mezcla.
En el tiempo de explosión, la bujía inflama los
gases, cuya rápida combustión impulsa el pistón
hacia abajo. En el tiempo de escape, el pistón se desplaza
hacia arriba evacuando los gases de la combustión a través
de la válvula de escape abierta.
El movimiento alternativo de los pistones se convierte
en giratorio mediante las bielas y el cigüeñal, que
a su vez transmite el movimiento al volante del motor, un disco
pesado cuya inercia arrastra al pistón en todos los tiempos,
salvo en el de explosión, en el que sucede lo contrario.
En los motores de cuatro cilindros, en todo momento hay un cilindro
que suministra potencia al hallarse en el tiempo de explosión,
lo que proporciona una mayor suavidad y permite utilizar un volante
más ligero.
El cigüeñal está conectado
mediante engranajes u otros sistemas al llamado árbol de
levas, que abre y cierra las válvulas de cada cilindro
en el momento oportuno.
A
principios de la década de 1970, un fabricante japonés
empezó a producir automóviles impulsados por el
motor de combustión rotativo (o motor Wankel), inventado
por el ingeniero alemán Felix Wankel a principios de la
década de 1950. Este motor, en el que la explosión
del combustible impulsa un rotor en lugar de un pistón,
puede llegar a ser un tercio más ligero que los motores
corrientes.
Carburación
En el carburador se mezcla aire con gasolina pulverizada.
La bomba de gasolina impulsa el combustible desde el depósito
hasta el carburador, donde se pulveriza mediante un difusor. El
pedal del acelerador controla la cantidad de mezcla que pasa a
los cilindros, mientras que los diversos dispositivos del carburador
regulan automáticamente la riqueza de la mezcla, esto es,
la proporción de gasolina con respecto al aire. La conducción
a velocidad constante por una carretera plana, por ejemplo, exige
una mezcla menos rica en gasolina que la necesaria para subir
una cuesta, acelerar o arrancar el motor en tiempo frío.
Cuando se necesita una mezcla extremadamente rica, una válvula
conocida como estrangulador o ahogador reduce drásticamente
la entrada de aire, lo que permite que entren en el cilindro grandes
cantidades de gasolina no pulverizada.
Encendido
La mezcla de aire y gasolina vaporizada que entra
en el cilindro desde el carburador es comprimida por el primer
movimiento hacia arriba del pistón. Esta operación
calienta la mezcla, y tanto el aumento de temperatura como la
presión elevada favorecen el encendido y la combustión
rápida. La ignición se consigue haciendo saltar
una chispa entre los dos electrodos de una bujía que atraviesa
las paredes del cilindro.
En los automóviles actuales se usan cada
vez más sistemas de encendido electrónico. Hasta
hace poco, sin embargo, el sistema de encendido más utilizado
era el de batería y bobina, en el que la corriente de la
batería fluye a través de un enrollado primario
(de baja tensión) de la bobina y magnetiza el núcleo
de hierro de la misma. Cuando una pieza llamada ruptor o platinos
abre dicho circuito, se produce una corriente transitoria de alta
frecuencia en el enrollado primario, lo que a su vez induce una
corriente transitoria en el secundario con una tensión
más elevada, ya que el número de espiras de éste
es mayor que el del primario. Esta alta tensión secundaria
es necesaria para que salte la chispa entre los electrodos de
la bujía. El distribuidor, que conecta el enrollado secundario
con las bujías de los cilindros en la secuencia de encendido
adecuada, dirige en cada momento la tensión al cilindro
correspondiente. El ruptor y el distribuidor están movidos
por un mismo eje conectado al árbol de levas, lo que garantiza
la sincronización de las chispas.
Motor diesel
Los motores diesel siguen el mismo ciclo de cuatro
tiempos explicado en el motor de gasolina, aunque presentan notables
diferencias con respecto a éste. En el tiempo de admisión,
el motor diesel aspira aire puro, sin mezcla de combustible. En
el tiempo de compresión, el aire se comprime mucho más
que en el motor de gasolina, con lo que alcanza una temperatura
extraordinariamente alta. En el tiempo de explosión no
se hace saltar ninguna chispa —los motores diesel carecen
de bujías de encendido—, sino que se inyecta el gasoil
o gasóleo en el cilindro, donde se inflama instantáneamente
al contacto con el aire caliente. Los motores de gasoil no tienen
carburador; el acelerador regula la cantidad de gasoil que la
bomba de inyección envía a los cilindros.
Los motores diesel son más eficientes y
consumen menos combustible que los de gasolina. No obstante, en
un principio se utilizaban sólo en camiones debido a su
gran peso y a su elevado costo. Además, su capacidad de
aceleración era relativamente pequeña. Los avances
realizados en los últimos años, en particular la
introducción de la turboalimentación, han hecho
que se usen cada vez más en automóviles; sin embargo,
subsiste cierta polémica por el supuesto efecto cancerígeno
de los gases de escape (aunque, por otra parte, la emisión
de monóxido de carbono es menor en este tipo de motores).
Lubricación
y refrigeración
Los motores necesitan ser lubricados para disminuir
el rozamiento o desgaste entre las piezas móviles. El aceite,
situado en el cárter, o tapa inferior del motor, salpica
directamente las piezas o es impulsado por una bomba a los diferentes
puntos.
Además, los motores también necesitan
refrigeración. En el momento de la explosión, la
temperatura del cilindro es mucho mayor que el punto de fusión
del hierro. Si no se refrigeraran, se calentarían tanto
que los pistones se bloquearían. Por este motivo los cilindros
están dotados de camisas por las que se hace circular agua
mediante una bomba impulsada por el cigüeñal. En invierno,
el agua suele mezclarse con un anticongelante adecuado, como etanol,
metanol o etilenglicol. Para que el agua no hierva, el sistema
de refrigeración está dotado de un radiador que
tiene diversas formas, pero siempre cumple la misma función:
permitir que el agua pase por una gran superficie de tubos que
son refrigerados por el aire de la atmósfera con ayuda
de un ventilador.
Equipo eléctrico
El equipo eléctrico del automóvil
comprende —además del sistema de encendido en el
caso de los motores de gasolina— la batería, el alternador,
el motor de arranque, el sistema de luces y otros sistemas auxiliares
como limpiaparabrisas o aire acondicionado, además del
cableado o arnés correspondiente. La batería almacena
energía para alimentar los diferentes sistemas eléctricos.
Cuando el motor está en marcha, el alternador, movido por
el cigüeñal, mantiene el nivel de carga de la batería.
A diferencia de un motor de vapor, un motor de
gasolina o diesel debe empezar a girar antes de que pueda producirse
la explosión. En los primeros automóviles había
que arrancar el motor haciéndolo girar manualmente con
una manivela. En la actualidad se usa un motor de arranque eléctrico
que recibe corriente de la batería: cuando se activa la
llave de contacto (switch), el motor de arranque genera una potencia
muy elevada durante periodos de tiempo muy cortos.
Transmisión
La potencia de los cilindros se transmite en primer
lugar al volante del motor y posteriormente al embrague (clutch)
—que une el motor con los elementos de transmisión—,
donde la potencia se transfiere a la caja de cambios o velocidades.
En los automóviles de tracción trasera se traslada
a través del árbol de transmisión (flecha
cardán) hasta el diferencial, que impulsa las ruedas traseras
por medio de los palieres o flechas. En los de tracción
delantera, que actualmente constituyen la gran mayoría,
el diferencial está situado junto al motor, con lo que
se elimina la necesidad del árbol de transmisión.
Embrague
Todos los automóviles tienen algún
tipo de embrague. En los automóviles europeos suele accionarse
mediante un pedal, mientras que en los estadounidenses suele ser
automático o semiautomático. Los dos sistemas principales
son el embrague de fricción y el embrague hidráulico;
el primero, que depende de un contacto directo entre el motor
y la transmisión, está formado por el volante del
motor, un plato conductor que gira junto a éste y un disco
conducido o de clutch situado entre ambos que está unido
al eje primario o flecha de mando de la caja de cambios. Cuando
el motor está embragado, el plato conductor presiona el
disco conducido contra el volante, con lo que el movimiento se
transmite a la caja de cambios. Al pisar el pedal del embrague,
el volante del motor deja de estar unido al disco conducido.
El embrague hidráulico puede usarse de
forma independiente o con el embrague de fricción. En este
sistema, la potencia se transmite a través de un fluido
aceitoso, sin que entren en contacto partes sólidas. En
el embrague hidráulico, un disco de paletas (o impulsor)
que está conectado con el volante del motor agita el aceite
con suficiente fuerza para hacer girar otro disco similar (rotor)
conectado a la transmisión (véase Hidráulica).
Caja
de cambios
Los motores desarrollan su máxima potencia
a un número determinado de revoluciones. Si el cigüeñal
estuviera unido directamente a las ruedas, provocaría que
sólo pudiera circularse de forma eficiente a una velocidad
determinada. Para solventar este problema se utiliza el cambio
de marchas, que es un sistema que modifica las relaciones de velocidad
y potencia entre el motor y las ruedas motrices. En los automóviles
europeos, el sistema más usado es la caja de cambios convencional,
de engranajes desplazables. En los automóviles americanos
se utilizan mucho más los sistemas Hydra-Matic y los convertidores
de par o torsión.
Una caja de cambios convencional proporciona cuatro
o cinco marchas hacia delante y una marcha atrás o reversa.
Está formada esencialmente por dos ejes dotados de piñones
fijos y desplazables de diferentes tamaños. El eje primario,
conectado al motor a través del embrague, impulsa el eje
intermedio, uno de cuyos piñones fijos engrana con el piñón
desplazable del secundario correspondiente a la marcha seleccionada
(salvo si la palanca está en punto muerto: en ese caso
el eje secundario no está conectado con el intermedio).
Para la marcha atrás hace falta un piñón
adicional para cambiar el sentido de giro del eje secundario.
En la marcha más alta, el eje primario queda unido directamente
al secundario, girando a la misma velocidad. En las marchas más
bajas y en la marcha atrás, el eje secundario gira más
despacio que el primario. Cuando el eje secundario gira más
rápido que el primario, se habla de overdrive o supermarcha,
que permite aumentar la velocidad del automóvil sin que
el motor exceda del número normal de revoluciones.
La transmisión de tipo Hydra-Matic combina
el embrague hidráulico o convertidor de torsión
con una caja de cambios semiautomática. Un regulador controlado
por la presión ejercida sobre el pedal del acelerador selecciona
las marchas a través de un sistema de válvulas distribuidoras
de control hidráulico. El cambio Hydra-Matic proporciona
dos o tres marchas hacia delante.
Los
convertidores de par proporcionan un número ilimitado de
relaciones de velocidad entre los ejes primario y secundario sin
que se produzca ningún desplazamiento de engranajes. El
convertidor de par es un mecanismo hidráulico que utiliza
la potencia del motor para mover una bomba que a su vez impulsa
chorros de aceite contra las aspas de una turbina conectada a
las ruedas motrices.
Diferencial
Cuando el automóvil realiza un giro, las
ruedas situadas en el lado interior de la curva realizan un recorrido
menor que las del lado opuesto. En el caso de las ruedas motrices,
si ambas estuvieran unidas a la transmisión directamente
darían el mismo número de vueltas, por lo que la
rueda externa patinaría; para evitarlo se utiliza un mecanismo
llamado diferencial, que permite que una de las ruedas recorra
más espacio que la otra. En el caso de los vehículos
con tracción en las cuatro ruedas se utilizan dos diferenciales,
uno para las ruedas delanteras y otro para las traseras.
Suspensión,
dirección y frenos
La suspensión del automóvil está
formada por las ballestas, horquillas rótulas, muelles
y amortiguadores, estabilizadores, ruedas y neumáticos.
El bastidor del automóvil se puede considerar el cuerpo
integrador de la suspensión. Está fijado a los brazos
de los ejes mediante ballestas o amortiguadores. En los automóviles
modernos, las ruedas delanteras (y muchas veces las traseras)
están dotadas de suspensión independiente, con lo
que cada rueda puede cambiar de plano sin afectar directamente
a la otra. Los estabilizadores son unas barras de acero elástico
unidas a los amortiguadores para disminuir el balanceo de la carrocería
y mejorar la estabilidad del vehículo.
La dirección se controla mediante un volante
montado en una columna inclinada y unido a las ruedas delanteras
por diferentes mecanismos. La servodirección, empleada
en algunos automóviles, sobre todo los más grandes,
es un mecanismo hidráulico que reduce el esfuerzo necesario
para mover el volante.
Un
automóvil tiene generalmente dos tipos de frenos: el freno
de mano, o de emergencia, y el freno de pie o pedal. El freno
de emergencia suele actuar sólo sobre las ruedas traseras
o sobre el árbol de transmisión. El freno de pie
de los automóviles modernos siempre actúa sobre
las cuatro ruedas. Los frenos pueden ser de tambor o de disco;
en los primeros, una tira convexa de amianto (asbesto) o material
similar se fuerza contra el interior de un tambor de acero unido
a la rueda; en los segundos, se aprietan unas pastillas (balatas)
contra un disco metálico unido a la rueda.
Tendencias
actuales
A comienzos del siglo XXI, los automóviles
se enfrentan a dos desafíos fundamentales: por un lado,
aumentar la seguridad de los ocupantes para reducir así
el número de víctimas de los accidentes de tráfico,
ya que en los países industrializados constituyen una de
las primeras causas de mortalidad en la población no anciana;
por otro lado, aumentar su eficiencia para reducir el consumo
de recursos y la contaminación atmosférica, de la
que son uno de los principales causantes. Véase Efecto
invernadero.
En el primer apartado, además de mejorar
la protección ofrecida por las carrocerías, se han
desarrollado diversos mecanismos de seguridad, como el sistema
antibloqueo de frenos (ABS) o los airbags. En cuanto al segundo
aspecto, la escasez de petróleo y el aumento de los precios
del combustible en la década de 1970 alentaron en su día
a los ingenieros mecánicos a desarrollar nuevas tecnologías
para reducir el consumo de los motores convencionales (por ejemplo,
controlando la mezcla aire-combustible mediante microprocesadores
o reduciendo el peso de los vehículos) y a acelerar los
trabajos en motores alternativos. Para reducir la dependencia
del petróleo se ha intentado utilizar combustibles renovables:
en algunos países se emplean hidrocarburos de origen vegetal
(véase gasohol), y también se estudia el uso de
hidrógeno, que se obtendría a partir del aire utilizando,
por ejemplo, la energía solar. El hidrógeno es un
combustible muy limpio, ya que su combustión produce exclusivamente
agua.
Nuevos
tipos de motores
Entre las alternativas a los motores de explosión
convencionales, los motores eléctricos parecen ser los
más prometedores. El motor de turbina continúa sin
resultar práctico a escala comercial por sus elevados costes
de fabricación y otros problemas; el motor Stirling modernizado
presenta todavía obstáculos técnicos, y el
motor de vapor, con el que se experimentó en las décadas
de 1960 y 1970, demostró ser poco práctico. Por
otra parte, el motor rotativo Wankel, cuyo consumo es inherentemente
mayor, ha seguido produciéndose en pocas cantidades para
aplicaciones de alta potencia.
Los
importantes avances en la tecnología de baterías
han permitido fabricar automóviles eléctricos capaces
de desarrollar velocidades superiores a los 100 km/h con una gran
autonomía. Este tipo de vehículos es extremadamente
limpio y silencioso, y resulta ideal para el tráfico urbano.
Además, como la mayoría de las centrales eléctricas
utiliza carbón, el uso masivo de los vehículos eléctricos
reduciría la demanda de petróleo. La desventaja
de los automóviles eléctricos es su elevado coste
actual (que, entre otras razones, es ocasionado por el bajo número
de unidades producidas) y la necesidad de crear una infraestructura
adecuada para recargar las baterías.
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